Fics que se escriben y suben en la página de Facebook "Aliens unidas jamás serán vencidas"
martes, 8 de noviembre de 2011
Never say never Kaulitz version - 28 de Diciembre de 2011
*Narra Bill*
Cuando me levanté por la mañana, Mar se había acercado a mí mientras dormía, pese a la distancia de seguridad que ella había puesto. Me duché y me vestí. Entonces fui a despertar a Tom:
- ¡Tom levantate! ¡Ya es de día!
- Son las ocho de la mañana, déjame dormir un rato más - dijo Tom desde dentro.
- Está bien.
Volví a mi habitación. Mar estaba en la ducha.
- ¿Bill? - dijo Mar desde la ducha.
- Estoy aquí. ¿Qué pasa?
- Tengo un problema.
- ¿Qué problema?
- No tengo ropa limpia.
- Eso es un problema. Espera... Mar, tengo ropa de cuando era pequeño aquí, ¿Quieres mirar si algo te va bien?
- ¿Tienes ropa tuya de cuando eras pequeño aquí?
- Siempre la llevo. Aunque nadie la había usado hasta ahora.
- Ahora me la pruebo.
- Debes medir metro y medio, ¿Verdad?
- Sí, exactamente mido eso. ¿Cómo lo has sabido?
- He tenido ese presentimiento - abrí un poco la puerta del baño y le dí ropa mía.
- Gracias Bill.
- De nada. Tenemos que ir a buscar tu pasaporte y tu ropa en tu casa.
- Vamos - dijo saliendo del baño.
- Antes desayunamos.
*Narra Mar*
Cuando llegamos al comedor del hotel ya estaban todos.
- ¡Mar! ¿Cómo has dormido esta noche? - me preguntó Katherine.
- Muy bien - le dije -. Nadie ma ha hecho nada.
- Durmiendo con Bill no te pasará nada. Incluso si Tom entra en la habitación para intentar hacerte algo, Bill lo detendrá.
- ¿Harías eso?
- Lo he hecho con algunas chicas que Tom se había llevado a la fuerza - dijo Bill -. Las escondía en mi habitación hasta que el peligro había pasado y podían volver a sus casas.
- Tom es malvado - dijeron Georg y Gustav.
El desayuno era de barra libre. Todos cogimos lo que quisimos y nos guardamos lo que no nos terminamos para más tarde. Bill y yo nos fuimos a buscar mi pasaporte nuevo y mi ropa en casa.
*Narra Georg*
Después de desayunar, fui a la habitación de Tom.
- ¡Arriba dormilón!
- Cinco minutos más Georg - me dijo Tom desde dentro.
- Gustav, ¿Tienes la cópia de la llave de la habitación de Tom que nos dió Bill?
- Sí - me dijo Gustav -, aquí la tengo.
Abrí la puerta. Era de esas puertas con llave en forma de targeta. Tom estaba aún en la cama, tapado hasta arriba.
- ¿Yo por un lado y tú por el otro? - le dije a Gustav.
- Me pido el izquierdo.
Fuí al lado derecho de la cama de Tom. Gustav y yo cogimos la manta y la lanzamos hacia atrás.
- ¡Que frío! - dijo Tom aún dormido.
- Ya has vuelto a dormir desnudo - le dijimos Gustav y yo.
- Tapadme por favor. Me estoy congelando.
- ¿Y si no queremos? - dijo Gustav.
- Ya me acostumbraré a dormir así - dijo Tom.
- Oye Gus - le dije a Gus -, ¿les proporcionamos a las fans una agradable vista ahora que Tom vuelve a roncar?
- ¿Que quieres hacer?
- Ayúdame a darle la vuelta, le hacemos unas fotos desnudo y las colgamos en la página oficial de Facebook, además de la web.
- Le va a costar borrar eso.
- Y aún más cuando las fans les tengan en su ordenador.
Le dimos la vuelta a Tom, le hicimos las fotos y las colgamos a Internet. Minutos después, casi mil fans habían dado "me gusta" en las fotos de la página y 500 habían comentado lo sexy que estaba y que iban a guardarse las fotos en su ordenador.
- ¿Qué haceís aquí? - nos preguntó Tom medio dormido, pero ya despertándose.
- Nada, sólo estábamos mirando que hacían las fans en Facebook - le dije.
- ¿En mi habitación?
- También estábamos intentando despertarte - dijo Gustav.
- Ah. Bueno, voy a la ducha - Tom se levantó de la cama y se fue al baño.
- Vámonos de aquí - le dije a Gustav.
*Narra David*
Aún estaba esperando que Bill y Mar salieran de casa de ella. Los había acompañado y estaban tardando un buen rato. Empecé a escuchar U2 en el coche. Entonces, salieron. Fue una media hora eterna. Cargaron las maletas de Mar al maletero y entraron al coche.
- ¿Nos vamos ya? - les pregunté.
- ¡Sí!
Volvimos al hotel, dónde Georg y Gustav ya nos esperaban en el autobús.
*Narra Tom*
Dormir, dormir, dormir y dormir. Eso es lo que voy a hacer hoy todo el día en el autobús. Sólo me despertaré cuando sea estrictamente necesario, para comer y mear.
*En algún sitio de Canadá, narra Justin Bieber*
Mi madre me ha vuelto a pegar. Pero esta será la última vez. Me voy de casa. Abandono mi familia y mi novia. Cogí una mochila de Tokio Hotel que tenía escondida y metí toda la ropa que me gustaba, que era poca, MUY poca. También me llevé un par de libros: uno para aprender a cantar y el otro para aprender a dibujar manga. Me puse uans gafas de sol para que no se viera el moratón que tenía en el ojo. Salté de la ventana de mi habitación y me dirigí al aeropuerto rumbo Madrid. Por el camino, se me salieron los zapatos. Mamá me los compraba seis números grandes. Cogí mis zapatos y llegué al aerpuerto descalzo. Compré el billete de avión y, mientras esparaba para embarcar, llamé a Bill.
*Narra Bill*
Sonó mi móvil cuando le explicaba a Mar una de las burradas que había hecho Tom en su vida. Era una llamade de Justin.
- Dime Justin.
- ¿Dónde estás? - me preguntó Justin.
- En el bus, yendo para Madrid.
- ¿Os importaría recogerme al aerpuerto?
- ¿Y eso porque?
- No puedo aguantar más en casa de mi madre, vengo a vivir con vosotros.
- ¿Te encuentras bien?
- Sólo quiero descansar un tiempo de las palizas de mi madre.
- Está bien. Tendré que avisar a varias personas.
- Gracias Bill. Sabía que podía contar contigo.
Colgué el móvil y fui a decirle a Guti, el chofer del bus, que haríamos una parada en el aeropuerto. Después volví con los chicos y Mar.
- ¿Quién era Bill? - me preguntó David.
- Era Justin. Se ha escapado de casa y me ha pedido si podía venir con nosotros - le respondí.
- Pero tiene que venir desde Canadá hasta aquí - me dijo Georg.
- Coge un vuelo para Madrid dentro de unas horas.
- ¿Qué Justin? - preguntó Mar -. ¿No será el "Barbie"?
- Sí, es el "Barbie" - le respondío Georg.
- Es mi primo-hermano - añadí -, por parte de madre. Su madre lo pega, así que se ha escapado de casa.
- Mira que me cae mal - me dijo Mar -, pero ahora siento compasión por él.
- A él no le gusta lo que canta, ya que als canciones las escribe su madre, el estilo que tiene Justin y su mal sentido de la moda también es de su madre, y también el hecho de no haber llevado a su hijo a clases de canto y corrección de la voz. Además, tampoco le ha canviado la voz.
*Narra Tom*
Ronquido. Ronquido un poco más fuerte. Ronquido un poco más fuerte. Ronquido un poco más fuerte. Orgasmo y ronquido muy fuerte.
*Narra Guti, el chófer*
Estaba conduciendo cuando, de repente, escuché un extraño sonido que provenía de dentro. Me asusté. Entonces apareció el joven Kaulitz y me dijo:
- Tranquilo Guti. Es un ronquido de Tom.
- Nunca me acostumbraré a los ronquidos de su hermano.
- Si durmieras casi todos los días cerca suyo, te acostumbrarías.
*Narra Mar*
Después de asustarme por el ronquido de Tom y que Bill fuera a decirle al chófer que el sonido era un ronquido, Bill volvió con nosotros y le dije:
- Bill, hoy es el día de los inocentes aquí, en España.
- ¿Enserio? - me dijeron todos a la vez.
- Sí, y se me han ocurrido dos bromas. Una para Justin y otra para Tom. Escuchad... Les conté las bromas y todos dijeron que querían hacerlas.
*Narra Georg*
Llegamos al aeropuerto. Había sido elegido para hacerle la broma a Justin. Me senté en una cafeteria del aeropuerto. Estaba justo delante de la salida de pasajeros. Nadie me había reconocido. Fue genial que nadie me reconciera, ni siquiera los paparazzis. Vi a Justin salir. Llevaba una capucha y gafas de sol e iba descalzo. Silbé. Justin corrió hacia mí al verme.
- Hola Georg - me dijo Justin al llegar.
- Hola Justin. Antes de irnos debo decirte algo importante.
- ¿Que pasa?
- Bill ha muerto.
* Narra Bill*
- Nunca me caerá bien Justin Bieber - me dijo Mar mientras Georg estaba en el aeropuerto.
- Pequeña, nunca digas nunca - le dije -. Aunque... Creo que te has pasado un poco con la bromita.
- Sí, a lo mejor me he pasado.
- Míralo por el lado bueno, podría ser la última vez que sufriera y tú vieras que detrás de ese chulo hay alguien con un gran corazón.
*Narra Georg*
Justin se quedó de piedra al oír la noticia.
- ¿Cómo ha pasado? - me preguntó.
- Veníamos los 2 juntos para acá cuando un camión que se ha saltado un semáforo lo ha atropellado. Ha muerto en el acto.
Justin empezó a llorar. Le había dolido y no hacía mucha grácia, pero era la última vez que iba a sufrir.
- Vamos, te llevaré con los chicos y más tarde iremos a ver a Bill - le dije a Justin.
*Narra Bill*
Cuando Justin llegó, se me echó encima llorando.
- ¡Bill - dijo Justin entre sollozos agarrándose y abrazándose con brazos y piernas a mi cabeza -. ¡Estás bien! ¡No estás muerto!
- Cálmate Justin - le dije -. Ha sido una broma del día de los inocentes. En España es hoy.
- ¿Enserio? Qué suerte he tenido.
- Justin... - dijo Mar -. Siento haberte hecho esa broma. Fue idea mía.
- No te preocupes, no pasa nada - le dijo Justin -. Me han pasado cosas peores en la vida.
- ¿Cómo cuál?
- La vez que mi madre cocinó mi conejo. Y encima me dijo que era él. Se llamaba Bugs y era de color gris. Desde ese día, no pude volver a comer conejo.
- ¿Cuando te pasó eso?
- Cuando tenía ocho años.
Mar y Justin estuvieron hablando un par de horas. Pasadas las dos horas dije:
- Justin, ¿Vas a bajar de mi cabeza de una vez?
- ¿Eh? Oh, perdona - Justin bajó de mi cabeza, al fin.
- Que alivio de cervicales...
*Narra Tom*
Ronquido. Media vuelta. Ronquido. Otro ronquido. Orgasmo. Ronquido.
*Narra Mar*
Justin, en persona, es un chico bastante majo. Ha sufrido mucho, más de lo que cree la gente.
- Justin, ¿Porqué no te quitas las gafas de sol? - le pregunté.
- Es que no quiero que nadie vea el moratón que me ha hecho mi madre - me respondió Justin.
- ¿Puedo verlo? Sólo para comprobar cómo está.
- Está bien.
Justin se quitó las gafas y todos pudimos ver el gigantesco moratón que tenía en el ojo. Tenía una pinta horrible. No podía creer que una madre pudiera hacer eso a su hijo. Bueno, sí podía creerlo, pero nunca había conocido a nadie a quién maltrataran.
- Voy a buscar algo para curarte ese ojo y todas las heridas que tienes en el cuerpo - dijo Bill -. Quitate toda la ropa excepto los calzoncillos en la habitación de al lado.
- Vale - le dijo Justin.
*Narra Georg*
El moratón era increiblemente grande. Le iba de la ceja a la punta de la nariz. Si Bill había dicho eso era porque no era la primera vez que le curaba las heridas que le había hecho su madre.
Bill estuvo dos horas para curarlo. Todos habíamos dejado las cosas en las habitaciones y estábamos disfrutando de la piscina antes de ir a cenar. Nos habíamos saltado la comida y teníamos un hambre de lobo.
Cuando Bill y un vestido y curado Justin aparecieron, fuimos a cenar.
*Narra Bill*
Después de cenar, fuimos a dormir. Ésta vez pedí que me pusieran 3 camas individuales: Una para Mar, otra para Justin y otra para mí. Fuimos a dormir temprano esa noche.
*Narra Tom*
Me despierto en la habitación de un hotel. Parece que ya hemos llegado. Bueno, a dormir otra vez.
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