Me levanté con la música de Kiss. Ese día si que me había dormido. Ya eran las nueve de la mañana. Fuí a la cocina y vi que todos ya estaban preparando cosas para la fiesta.
- Buenos días Bill - me dijo Carlos con una sonrisa -. Tienes el desayuno listo.
- Gracias Carlos. ¿Cómo van los preparativos de la fiesta?
- Rob y Taylor están tomando medidas en el jardín para los posters y las pancartas. Justin ha ido a buscar los posters con Joe. Georg y Tom han ido a buscar a los integrantes de Metallica al aeropuerto.
- Entonces llamaré a la madre de Gustav - cogí mi móvil -. ¿Señora Schäfer? Hola, soy Bill. El amigo de Gustav. ... La llamaba para decirle si podría venir a la fiesta de Gus ... ¿Huelga de pilotos en Alemania? No se preocupe, enviaré a mi jet privado a buscarla. ... Sí, no se preocupe. Usted sólo acuerdese de llegar más o menos mañana por la noche. Nos vemos. Adiós.
- ¿Va a venir? - me preguntó Carlos cuando colgué.
- Dice que vendrá si no hay inconveniente. Avisaré a mi piloto.
Llamé a Arnold, mi piloto. No hubo ningún inconveniente para ir a buscar a la madre de Gus en el Jet pequeño. Entonces llamaron al timbre.
- Voy a abrir - dijo Carlos.
- Creo que voy a acompañarte - dije al leer al mente del sujeto que estaba en la puerta.
Carlos abrió la puerta y se encontró con...
- ¿Billy? ¿Qué haces tú aquí? Quédate atrás Bill, es uno de mis hermanos,
- Ya nos conocemos - dijimos a la vez. Nuestra voz era idéntica, casi no podíamos diferenciar los tonos.
- ¿De qué os conocéis? - preguntó Carlos sorprendido.
- ¿Recuerdas que te comenté que hacía una película? - le dije a Carlos -. Tu hermano es mi hermano en la peli.
- Carlos, esto es para tí - dijo Billy ofreciéndole un ramo de rosas rojas -. Són las mas hermosas que he encontrado.
- Gracias... - Carlos se ruborizó un poco e intentó ocultarlo con el ramo, pero Billy y yo ya lo habíamos visto.
- No te quedes ahí y entra - le dije a Billy a la vez que Carlos entraba en la casa.
- Gracias.
Billy entró en la casa y dijo:
- Esto no es una casa.
- ¿Ah, no? - le dije.
- No, esto es una mansión.
- Las mansiones són más grandes.
- Con lo destrozada que está mi casa lo pienso de todas.
- ¿La habitación de Carlos sigue intacta?
- Sí, sigue intacta.
Estuvimos hablando un rato. Cuando llegaron todos para comer, les presenté a Billy. A todos les cayó bien ya que, aún siendo hermano de Carlos, no quería matarme.
Billy se hizo muy amigo de Gustav.
- Mañana es mi cumpleaños - le dijo Gustav a Billy.
- Ya te compraré algo. ¿Qué te gusta?
- ¡METALLICA!
- ¿Hay algo que no tengas de ellos?
- Aparte de sus autógrafos, una edición limitada que salió ayer, pero dicen que ya no quedan existencias.
- Bill, ¿puedes acompañarme?
- Sí, claro - le respondí.
Salimos de la casa y me preguntó:
- ¿Dónde está la tienda de discos más cercana?
- Vamos.
Lo llevé a una tienda de discos que era de un amigo mío.
- ¡Hola John!
- ¡Bill! ¿Que te trae por aquí?
- Mi amigo está buscando la edición limitada de Metallica que salió ayer.
- Teneis suerte. Me quedan cinco ediciones.
- Que bien - dijo Billy cuando escuchó la noticia -. ¿Cúanto es?
- Són 50$.
- A ver... - Billy sacó su cartera y encontró dos billetes de 20$ y uno de 10$ -. Tengo justo.
- ¿Lo quieres para regalo?
- Sí.
Salimos de la tienda y al llegar a casa escondimos el regalo en un lugar seguro y fácil de encontrar, el cajón de la ropa interior de Elisabeth.
- ¿Lo guardaís aquí porque Gustav no buscará en este cajón? - nos preguntó Elisabeth.
- Gustav no es un pervertido - dijo Billy.
- El único pervertido que hay aquí es Tom y es nuestro hermano - le dije.
- Está bien, guardadlo aquí.
- Gracias - dijimos a la vez.
- Si que vuestra voz es idéntica.
Billy se quedó a cenar y luego se fue a su casa a dormir. Nosotros también nos fuimos a la cama. Mañana iba a ser un día muy largo.
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