domingo, 6 de noviembre de 2011

Diario de un vampiro: Bill Kaulitz - 12 de Septiembre de 2011


Me levanté dos horas antes de lo previsto y fuí a despertar a Jorge.
- Jorge, despierta - le susurré dulcemente al oído.
- ¿Qué hora és? - me dijo medio dormido y miró su despertador -. Las cinco. ¿Para que me quieres despierto a estas horas?
- Quiero enseñarte una cosa. Tenemos que ir al aeropuerto.
Despertamos a Jordi y fuimos al aeropuerto. Allí nos quedamos en un bar hasta que Natalia llegó.
- Hola Jorge - le dijo Natalia a Jorge.
- Na... Nanana... Na... - Tartamudeó sorprendido Jorge.
- Papi, esta mujer tiene mi mismo color de ojos - dijo Jordi.
- Yayayaya... Ya lo sé...
- Deja de tartamudear Jorge - le dije -. Es por ella que te he hecho levantar tan temprano.
- ¿De qué la conoces? - me preguntó Jorge con tono celoso.
- No la conocía hasta anoche. Tengo contactos, ¿Sabes?
- Jorge, debo decirte algo importante - dijo Natalia después de sentarse a lado de Jorge.
- ¿De que se trata? - le preguntó Jorge.
- Tú y yo estamos... Casados.
- ¿Qué? ¿Cómo, cuando, desde cuando y porque?
- No quería casarme con ese tipo, así que engañé a mis padres con una boda falsa y a ti te hice firmar en secreto un acta de matrimonio que se validaría cuando tu verdadero padre recuperara la custodia o tú fueras mayor de edad en todos los países.
- ¿Y él lo sabía?
- Sí, le hice compañía hasta que murió de una enfermedad.
- Vaya, lo siento.
- No pasa nada. Ahora volvemos a estar juntos.
- Tío Bill, ¿Tu sabes quién es ella? - me preguntó Jordi -. ¿Porque papá le tiene tanta confianza?
- Jordi - le dije -, ella es tu madre.
- ¿Enserio?
- Clar que sí. Anda, ve con ella.
Jordi fue con su madre. Los llevé a casa. Más tarde haríamos todos los trámites necesarios para que ella pudiera quedarse con nosotros. Jorge estaba muy feliz  de tener a su "esposa" otra vez con él. Cuando volvimos, encontré a Carlos y a Billy en la cocina haciendo "cosas indecentes".
- Chicos... Hay niños presentes - les dije al verlos.
- Lo siento Bill - me dijo Billy -. No podíamos aguantar la tensión sexual y...
- No hace falta que continues.
- ¿Dónde estabas?
- Jorge, ¿Porque no se lo cuentas tú?
Al darme la vuelta sólo había un asqueado Jordi. Leí la mente de Jorge y Natalia. No tenían otra cosa que no fuera el otro en mente.
- ¿Qué pasa?
- Nada. Hice unas llamadas y contacté con la madre de Jordi.
- ¿Encontraste a Natalia? Jorge debe estar muy feliz.
- ¿Porque no miras afuera y lo ves?
Billy miró hacia fuera, vió a Jorge y Natalia y gritó:
- ¡Qué caliente está el ambiente!
- ¡Mira quién habla! - le grité desde dentro -. ¡El que lo hacía en la cocina! ¡Jorge, entrad ya!
Estuvimos toda la mañana hablando con Natalia. Sus padres la habían obligado a dejar el trabajo cuando se enteraron de su lío con un alumno. Después de comer, Jorge se la llevó para hacer los trámites para poder quedarse a vivir con nosotros. Esa noche, me fuí de fiesta con Paul.
- ¿A que discoteca vamos a ir? - le pregunté mientras íbamos por la calle.
- A una que muy poca gente conoce dónde ponen grandes éxitos del Metal y algún que otro grupo de cuando nuestros padres eran jóvenes.
- Resumiendo: Metallica, Kiss, Iron Maiden, Bon Jovi, entre otros grandes.
- A veces se dan el gusto de poner "El Rey".
- Interesante... ¿Y qué me dices de las bebidas? ¿Hay drogas?
- No hay drogas y las bebidas van de una simple cerveza a tequila, orujo y caipirinhas.
- Menuda borrachera me voy a pegar.
- ¿Cuántas veces te has emborrachado?
- Ésta será la segunda. Tengo un límite muy alto porque cuando era pequeño me bebí una botella de alcohol sanitario de 2 litros.
- ¿Cómo sobreviviste?
- Sobreviví y hasta que no me he bebido el equivalente a veinte caipirinhas no me emborracho.
- Eso es increíble e impresionante.
- Ya, no eres el único que me lo ha dicho.
Cuando llegamos, sólo recuerdo que sonaba una canción de Elvis Presley, el Rey. Con Paul nos bebimos 30 caipirinhas y después de eso no recuerdo nada.

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